La Flor
Un día encontré una flor, una flor preciosa, una flor fuerte y que destacaba sobre todas las demás.
Hablando con ella, quise saber como había llegado a ser así y me contó que cuando era pequeña y frágil, tenía a su lado un joven arbusto que la cuidaba, en los días de sol le proporcionaba la sombra suficiente para no marchitarse y en los días de viento evitaba que se tronchara su frágil tallo.
Y así fui creciendo junto con mi arbusto, pero era una carrera desproporcionada, yo solo era una pequeña flor al lado de mi arbusto protector. Poco a poco casi sin proponérselo, el arbusto creció tanto que apenas me dejaba ver el sol, y a duras penas me llegaba el rocío de la mañana que necesitaba para refrescarme.
Me cuenta que un día reunió el valor suficiente como para salir del refugio de su arbusto, no fue fácil pero lo hizo, al principio sintió miedo cuando el sol, el viento, el frío azotaba sus suaves hojas y pétalos, pero eso no hizo nada mas que hacerla mas fuerte. Ahora sonríe sabe que su tallo es fuerte y sus espinas hacen retroceder a cualquiera que intente agarrarla.
Mi primer intento nada mas verla fue la de atraparla, quedarme con ella para mi, como resistirme a llevarme tan bella flor, pero comprendí que si lo hacia se marchitaría.
Ahora de vez en cuando y con cuidado, puedo sostenerla en mis manos, olerla, sus espinas me dan una tregua.
Puede que un día, sea la flor la que quiera llevarme a mí y hasta ese día, yo la estaré esperando.