Revolucion 4.0
Últimamente se oye mucho el término “Revolución 4.0”, por lo que he querido profundizar en el tema. En la búsqueda de información he encontrado, además de la definición propia del término, opiniones contrapuestas que van desde el más ingenuo, diría yo más optimisma, hasta el más profundo pesimismo.
Quiero pensar que ni lo uno ni lo otro, o tal vez ambas opiniones son válidas, según sea la fuente de donde proviene a definición.
Así ha sido a lo largo de la historia y en cada una de las tres revoluciones industriales anteriores.
El comienzo de la 1ª Revolución industrial se fecha hacia 1760 en Gran Bretaña. El uso de la “nuevas tecnologías” de la época como la máquina de vapor, patentada en 1769, el motor de combustión interna o la energía eléctrica permitieron multiplicar la producción sustituyendo la mano de obra manual y animal por maquinaria.
Tuvo lugar una expansión del comercio gracias al desarrollo de las comunicaciones con la construcción de vías férreas, canales y carreteras.
Esto se tradujo en un cambio de la economía rural a una economía urbana, industrializada y mecanizada.
Este desarrollo industrial produjo un rápido crecimiento en el ámbito urbano, dando pie al nacimiento de nuevos grupos o clases sociales: El proletariado, la burguesía y el capital.
En este período nacen términos como Sindicalismo, Socialismo, Anarquismo, Comunismo,..
La 2ª Revolución industrial comienza hacia 1850. Se producen innovaciones técnicas, de nuevo “las nuevas tecnologías”, que permiten la producción en masa (el mayor exponente se da en la fábrica Ford, produciendo automóviles en cadena).
El uso de nuevas fuentes de energía como el petróleo, nuevos materiales, nuevos sistemas de transporte como el avión o el automóvil (1885) y nuevos medios de comunicación como el teléfono (1876) y la radio, provocan transformaciones que afectan al trabajo y a su organización, al sistema educativo y científico, al tamaño y gestión de las empresas, al consumo y a la política.
Se produce una progresiva internacionalización de la economía, empieza la globalización.
Esta revolución, liderada por Alemania, se ve frenada en 1914 con el inicio de la Primera Guerra Mundial.
Hasta casi 50 años después no se vuelve a producir otro período revolucionario, la 3ª Revolución Industrial llamada Revolución de la Inteligencia. Empieza en los años cincuenta, con el desarrollo del mundo informático, el lenguaje de programación (el primero en 1954), la creación del microchip (1958) y avanza profundamente durante los años 80 con el uso masivo de ordenadores. IBM, Microsoft, Apple propulsaron esta revolución en la que se evolucionó de dispositivos electrónicos y mecánicos hacia la tecnología digital, convirtiendo a EEUU en primera potencia mundial, líder en I+D+i.
Los ordenadores cambiaron el panorama desarrollando sistemas de comunicación alternativos a los tradicionales e influyendo en la sociedad y en el comercio internacional.
La tercera revolución no ha parado, ha llegado hasta el momento presente integrando la tecnología en la sociedad e incluso en el cuerpo humano. A esta fusión de tecnología que desintegra fronteras entre lo físico, lo digital y lo biológico es a lo que se llama 4ª Revolución Industrial.
Robótica, Inteligencia Artificial, Cadena de Bloques, Nanotecnología, Computación Cuántica, Biotecnología, Internet de las cosas, Impresión 3D, Vehículos autónomos,…
Estos términos ya son presente, hemos llegado al futuro que otras generaciones imaginaron.
Da un poco de miedito, como todo lo desconocido, como el que quizá sintieron los que por primera vez vieron cómo se encendían bombillas o escucharon una voz lejana a través de un cable de teléfono, pero lo cierto es que no se ha podido luchar contra el progreso que hasta aquí nos ha traído.
Las voces pesimistas alertan sobre el impacto negativo que puede tener en el mundo laboral al sustituir a las personas por robots, llevando a un estancamiento en los salarios, favoreciendo la desigualdad y degradando aún más el medio ambiente.
Los visionarios consideran que el conocimiento será la moneda de cambio, que tendremos un nuevo mundo virtual, que aparecerán nuevos delitos o que habrá nuevas formas de abastecerse, entre otros cambios.
Para los optimistas, van a surgir nuevas oportunidades para los que estén abiertos al cambio, que existirán nuevas profesiones, que cualquiera podrá fabricarse lo que quiera y que mejorará la calidad de vida.
En fin, a lo largo de la historia ha habido de todo aunque no para todos, (…afortunada o desafortunadamente).